La brecha de género, un problema económico

Imagen Mujeres aplaudiendo

28 de enero de 2021

La desigualdad de género no es solo un problema moral y social urgente, sino también un gran problema económico. Un informe del McKinsey Global Institute concluye que se podrían agregar como mínimo 12 billones de dólares al PIB mundial en 2025 si se redujese sustancialmente la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.

Pero tras décadas de progreso hacia la igualdad de las mujeres con los hombres en la economía y la sociedad, la brecha todavía sigue siendo demasiado grande.

No parece que la pandemia de la COVID-19 haya mejorado las cosas. Más bien al contrario. Durante el mes de abril —uno de los peores de la crisis sanitaria— el 55% de los más de 20 millones de puestos de trabajo perdidos en el mercado laboral estadounidense, correspondió a mujeres. Los esfuerzos para mitigar los efectos de la pandemia, reducir la interacción social y la movilidad han obligado a suprimir muchos empleos en ámbitos como la hostelería, ocio, cuidados personales y servicios sanitarios, trabajos que están ocupados, en muchos casos, por mujeres. Además de perder el empleo, muchas de ellas han tenido que asumir, además, un aumento de las responsabilidades familiares por tener que cuidar a los hijos durante el cierre de las escuelas.

Y es que las situaciones de desigualdad de género siguen persistiendo, sobre todo en el ámbito de la familia y los hijos. Así, una reciente encuesta realizada por el instituto de investigación Gesop señala que las mujeres nombran en segundo lugar de importancia a la hora de elegir un trabajo la compatibilidad con las responsabilidades familiarias, mientras que los hombres sitúan otros factores (salario, condiciones laborales, que sea interesante) entre los tres primeros. La misma encuesta revela que las mujeres invierten más fuerzas en conciliar la vida familiar con la laboral, casi un 20% más que los hombres.

Pero más allá de un problema de paridad en los puestos de responsabilidad o en la fuerza laboral en determinados sectores, no contar con las mujeres supone prescindir de aspectos de la personalidad de éstas esenciales la gestión y el éxito empresarial como la creatividad, la sensibilidad, una mayor conciencia social en materias como el medio ambiente, habilidad para trabajar en equipo o facilidad para comunicarse y crear plantillas muy comprometidas.

 

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