Mujeres en la industria: una asignatura pendiente

Imagen Mujeres reunión

9 de febrero de 2021

Los datos hablan por sí solos. Apenas un 8% de las mujeres ocupadas en España trabajan en el sector industrial. Esto significa que del total de 8,8 millones de mujeres ocupadas no llegan a 700.000 aquellas que lo hacen la industria, según datos del INE del 2018.

Esta presencia residual contrasta con la aplastante mayoría masculina, que roza casi el 20% de la población ocupada en empleos industriales. Si la diferencia es abismal aún lo es más si hablamos de la brecha salarial y, así, las mujeres de la industria manufacturera cobran de media un 18% menos que los hombres. Si nos ceñimos a Catalunya, la situación es parecida. Según el Departament d’Empresa i Coneixement, sólo el 28% de los empleados del sector industrial son mujeres y la brecha salarial es del 17,3%.

Pero no se terminan ahí los agravios comparativos. La mayoría de las mujeres que trabajan en el sector industrial lo hace en cargos administrativos y tienen muy complicado ascender y ocupar puestos de responsabilidad: el 80% de los directivos son hombres.

Pero más allá de aspectos puramente numéricos, la gran pregunta es cuánto talento, capacidad y valor se está perdiendo la sociedad como consecuencia de esta baja tasa de participación femenina en la industria.

Más allá de los tópicos que hablan de que la elevada presencia masculina en el sector industrial tiene su explicación en que tradicionalmente ha sido una actividad en la que se requería mayor fuerza física, un estudio de la London School of Economis (LSE) demuestra cómo la falta de modelos y referentes femeninos es una de las causas de que no haya casi mujeres en la industria.

En este sentido, para revertir la situación debería darse más visibilidad a las mujeres que se dedican a la industria y hacer pedagogía para evitar que las más jóvenes se autolimiten y renuncien a estudiar carreras tecnológicas o científicas.

En algunos sectores industriales las cosas hace tiempo que están cambiando, y, así, en la industria química y en aquellos sectores industriales relacionados con la sanidad y la biotecnología, la participación de mujeres es cada vez más relevante. La mayoría de nuevas startups biotecnológicas incluyen al menos una mujer como CEO o como fundadora científica. Las mujeres son un activo necesario e imprescindible en un sector, el del emprendimiento industrial, que requiere de una visión clara y objetiva a largo plazo.

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