Digitalización y talento femenino
2 de marzo de 2021
A nadie escapa que la presencia femenina en los sectores tencológicos es poco relevante. Tradicionalmente ha existido una brecha en las capacidades y habilidades digitales de hombres y mujeres. La presencia de mujeres en sectores estratégicamente innovadores, como la ciencia, la tecnología o la energía, que han estado copados por hombres, ha sido mínima. Las cosas han cambiado en los últimos años gracias al empuje del talento joven femenino. Pero según el informe Mujeres en la economía digital en España 2018, aunque los datos van mejorando, todavía son insuficientes. Solamente el 15,6% de los trabajadores con perfil técnico del sector digital son mujeres.
Según el informe de la Comisión Europea Women in the Digital Age 2018, la participación de la mujer en el mercado digital al mismo nivel que el hombre podría generar un incremento anual del PIB de 16.000 millones de euros para la economía europea. Además del impacto económico de esta desigualdad, los estudios demuestran que los equipos con mayores niveles de diversidad son más innovadores y las empresas con alta presencia femenina son más competitivas y resistentes a las crisis económicas.
Hay diversos factores que explican la persistencia de esta brecha. El informe PISA de 2015 revelaba por ejemplo, que las niñas se creen menos capaces que los niños a la hora de alcanzar objetivos que requieran habilidades científicas. Por otra parte, tal y como apunta Susana Prados, directora de Dones en Valor, del 22@Network “las mujeres se sienten atraídas por las iniciativas y propuestas que generen valor social, y debido a los estereotipos establecidos no visualizan que todo lo digital es palanca de cambio y valor social”
Hay muchas razones para cambiar esta visión y promover que las mujeres tengan una presencia equiparable a las de los hombres en el ámbito tecnológico. Pero hay una que destaca por su obviedad: cualquier producto tecnológico va a tener clientas femeninas y, por lo tanto, en su fase de desarrollo va a enriquecerse con las aportaciones de una mujer programadora o de una mujer directiva.