Hacia una nueva economía en femenino

Imagen mujeres trabajando ordenador

1 de marzo de 2022

Algo que caracteriza a la nueva economía es que ésta no se refiere a un sector concreto, sino a una nueva forma de producción y consumo, consecuencia de los cambios tecnológicos relacionados con las tecnologías de la información, las comunicaciones y la globalización. Entre sus máximos valores se sitúan: sostenibilidad, innovación, transparencia, compromiso, tecnología, etc.

En este nuevo escenario, hay coincidencia: el rol femenino debe tomar protagonismo en esta nueva economía de creación de valor social, medioambiental y, como consecuencia de ello, beneficio económico.

Y en 2022, la sociedad ya no espera que ese valor quede en ciertas esferas y círculos cerrados, si no que exige que sea patrimonio de todos.

Es decir, no se puede contribuir a una sociedad y una economía que fomente la calidad de vida y la dignidad de las personas sin practicar la igualdad en la contratación, en las políticas de remuneración y en la promoción.

La nueva economía comporta grandes oportunidades y desafíos, pero adaptarse a los cambios ya no es suficiente, la única posibilidad de subsistir es crear lo que viene. Para ello, las nuevas tecnologías, la diversidad de perspectivas, géneros y disciplinas son prioritarias de este nuevo escenario.

Para ello es urgente no aplazar las mejoras para eliminar la discriminación ocupacional, especialmente mediante la promoción de la participación igualitaria de las mujeres en empleos altamente cualificados, en los sectores científico, tecnológico, de ingeniería y de las matemáticas, así como en los puestos de dirección.

Según un estudio de Bank of America, de alcanzarse la igualdad efectiva, el PIB global podría aumentar unos 28 billones de dólares (23,4 billones de euros) en 2025. Este dato puede mejorar si se presta atención a la demanda que sectores como los que la realidad virtual, la inteligencia artificial y la ciencia de datos vienen pidiendo, aprovechando la necesidad y convirtiéndola en una oportunidad para la incorporación del talento femenino a sus profesiones relacionadas.

Emprendimiento y tecnología son los dos factores que trabajan a favor de este futuro y, sobre todo, de la presencia de la mujer en ese escenario laboral a largo plazo. Las oportunidades reales de las mujeres estarán relacionadas con su preparación y presencia en estos nuevos sectores de la nueva economía: ya sean mujeres ingenieras, químicas, economistas, biólogas, sociólogas… De esta forma se potenciará una innovación más igualitaria y responsable, que apueste por la sostenibilidad, pieza clave para un mundo tan global y complejo como el actual.

Es vital transitar hacia esta nueva economía con más presencia femenina: la hará más sostenible y regenerativa, más colaborativa, más justa y orientada al bien común. También un liderazgo empresarial con mayor presencia de mujeres será crucial para la plena recuperación económica y para la innovación.

 

 

 

 

 

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